Castigo de la palabras

Bienvenidos al Castigo de la palabras, Blog personal de Pedro J. Moriche Hermoso

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miércoles, 19 de enero de 2011

La corrupción cotidiana


Amanecíamos el otro día, los que nunca madrugamos excesivamente para que no nos ayude Dios, con una nueva noticia de corrupción entre nuestros dirigentes. En este caso en Mallorca, isla de honderos, talayots   y sobrasada. Tampoco es que lo acontecido haya sorprendido a muchos, pues desgraciadamente el goteo constante de casos similares nos tiene curados de espanto, lo  mismo que a aquel cornudo los amantes que hallaba en la cama con su esposa, a los cuales, de tan familiar, les besaba las manos y salía a despedir a la puerta. 

En nuestro país lo de ser corrupto se lleva cantidad en nuestros días. Y lo malo es que no es una moda pasajera. El célebre filósofo mallorquín, Ramón Llull, dijo allá por el siglo XIII que “La justicia te proporcionará paz, y también trabajos”.  Su frase está hoy en día más que vigente en nuestros políticos corruptos,  y es que nunca como en nuestro tiempo proporciona la Justicia al malhechor más paz y más trabajo. Primero, para la paz, enviándolo a un lugar de descanso en el que vive más feliz y a gusto que en Las Bahamas, y luego, cuando sale, proporcionándole trabajo (y con puesto fijo) en un canal de televisión.  Parece como si uno en la cárcel estudiase un cursillo de experto en contertulio o crítico de prensa rosa, con modales de comportamiento incluido, aunque los modales sean los tradicionales del presidio. Otras veces, al salir, escribe una biografía y la hace Best Seller, u opta por hacerla oral y la va contando de plató en plató para coger la “guita”.  

Lo cierto es que nuestro mundo político está cada vez más huérfano de Marcos Curos y Escauros, modelos para los antiguos romanos de políticos incorruptibles, y brillan por contrapartida los Verres y los Catilina. Y la verdad es que no se le ve solución al problema, porque ser político hoy en día no es un oficio con el sueldo de por vida asegurado, y entonces hay que trincar en cuatro años lo suficiente para vivir el resto de las rentas. Y lo peor de todo es que como ellos hacen las leyes, hacen de paso la trampa para beneficiarse, por lo que el pez que se muerde la cola no sale nunca del río. Pero en fin, que hoy es un miércoles cualquiera de enero, y como decía Juvenal “¿Qué día es tan festivo que deje de producir ladrones, faltas a la palabra dada, ganancias buscadas con todo tipo de delito…?  


3 comentarios:

  1. Estamos tan acostumbrados a la corrupción que ya no nos quita el sueño...

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  2. Completamente cierto. La política de hoy es un asco, se basa principalmente en la demagogia y en intentar desprestigiar al contrario.

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  3. Habrá que plantearse si el verdadero problema está en los políticos o en la política. Como decía Nietzsche la idiotez democrática: igualdad de derechos, dignidad del hombre, dignidad del trabajo y la obligación cívica de empezar el día leyendo un diario.
    Sobre Nietzsche se podrán decir muchas cosas pero no que fuera comedido.

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