Castigo de la palabras

Bienvenidos al Castigo de la palabras, Blog personal de Pedro J. Moriche Hermoso

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jueves, 27 de mayo de 2010

Tamaño Natural (L.G. Berlanga, 1973)

Don L.G. Berlanga y Azcona nos dan en Tamaño natural una amplia muestra de la variedad y las cotas artísticas de su cine y escritura. El planteamiento de la película es, como casi todo Berlanga, de gran hondura. La historia parte de un hombre que por fetichismo decide comprar una muñeca a tamaño natural de mujer, con formas de gran realismo. El inicio es prometedor, y los primeros minutos del film tienen gran fuerza, destacando el encuentro con la niña en el cuarto de baño y su posterior imitación.

Poco a poco la película va ahondando en las relaciones del personaje y la muñeca, hasta que la convierte en la mujer de sus sueños, la presenta en sociedad, se divorcia de su esposa y se casa con la muñeca para llevar con ella una vida normal, en la que tiene en casa a una criada, e incluso un hijo del que la madre es la muñeca. En la liturgia de ese matrimonio podemos encontrar la ya típica crítica de Berlanga a la Iglesia, que se verá aumentada posteriormente por la escena de la confesión.

La película es además una reflexión sobre el matrimonio, sobre el carácter autoritario de algunos hombres que llegan a hacer de sus mujeres un modelado a medida, como Michel. La muñeca cobra en ese aspecto una gran connotancia humana, como también lo cobra con la relación que tiene con la madre, en la que se hace un análisis certero de muchas relaciones ente los matrimonios y los padres de éstos, como se deduce de la frase “¿Sabes una cosa? Parece mentira, pero ha estado conmigo más tiempo que tu mujer”.

También se recoge en la película un retrato de los emigrantes españoles en París con bastante ironía, humor negro y acidez. Los españoles en París actuarán como bestias ante la muñeca, viéndola como un objeto al que poder fornicar como si fueran salvajes. Esta relación es la antítesis de la relación amorosa que mantiene con Michel, donde prima el amor y la ternura en gran parte de los casos, aunque luego se alternará con la violencia, realizando una radiografía certera del machismo, los celos, el egoísmo…

A la misma par encontramos en la cinta el tópico del amor libre que corría esos años por París, con relaciones extramatrimoniales consentidas por la pareja o el sexo fácil en cualquier parte, como por ejemplo en el hotel. El final de la película es redondo y está bastante logrado, nunca un suicidio en coche fue tan lírico y profundo.

Quizás la pega que se le pueda poner a la película es su ritmo lento, que llega a aburrir al espectador ávido de acción. La técnica del monologo es quizás un abuso en esta cinta, pudiendo ser el defecto que le permite ser una obra maestra, como la gran mayoría de sus trabajos. Quizás Berlanga y Azcona debieron plantear la cotidianidad con más personajes, con más enfrentamientos y discusiones, con más puntos fuertes, con más conflictos.

Lo que nadie podrá negar es que Berlanga es un director valiente, que se atreve con la experimentación y que siempre trata de hacernos reflexionar sobre lo que nos rodea, dejando en el sentido del ridículo las cosas más santificadas por los hombres.

Como colofón decir que el guión literario es de gran calidad y poder, pero que al transformarse en imágenes la cosa ha cambiado y el tema de la narración visual pierde fuerza y vigor, es quizás más un tema literario que filmográfico.

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