Cuando el rey de Mesopotamia, aficionado él a los relatos, le pidió al sabio que para salvar su vida y la de su hija tenía que idear una historia que lo hiciera disfrutar como ninguna de las que había escuchado hasta el momento, éste asintió con la cabeza y aceptó el trato.
Al cabo de una semana terminó el plazo. El sabio llegó muy tranquilo al palacio, trayendo consigo una delgada y larga piedra, en la que había dibujado unas cosas que ninguno comprendía.
–Esto es un alfabeto –le dijo al rey mostrándole la piedra con el nuevo invento que había realizado– combine sus letras a su gusto, y obtendrá una infinitud de historias, a cada cual mejor y más interesante.
El rey, ordenó la ejecución al instante.
Varios milenios después, el alfabeto le ha dado la razón al sabio. Sin embargo, los reyes, hoy presidentes, siguen condenando a los sabios.
Inmejorable ;)
ResponderEliminarINCREIBLE, MUY BUENO.OYE COMENTA EN MI BLOG PLISS QUE NO TENGO NI UN COMENTARIO. EN TEMA POR SEMANA. VALORA MI BLOG
ResponderEliminarMuy bueno lo que cuentas
ResponderEliminarinteresante relato
ResponderEliminarMe ha encantado,sin duda uno de mis favoritos hasta ahora de los que he leido :)
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